Nivel: Sencillo
Tiempo aproximado: 50 - 60 min
250gr garbanzos
300 gr bacalao
1 manojo de espinacas frescas
2 rebanadas de pan
1 cebolla
2 ajos
Pimentón de la vera
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Para preparar esta receta, tendrás que poner los garbanzos en remojo la noche anterior, si no has podido hacerlos, puedes utilizar garbanzos en bote.
En cuanto a los garbanzos, cada uno suele tener sus gustos, pero la variedad pedrosillano, es perfecta para este plato.
Con respecto al bacalao, puedes comprarlo en salazón, en cuyo caso tendrás que ponerlo en agua al menos 24 horas para quitarle la sal, cambiando el agua de vez en cuando. Si no dispones de ese tiempo, también puedes comprarlo ya desalado, o fresco.
En el caso de que las espiancas sean frescas, limpia las hojas, córtalas en tiras y ponlas a hervir en agua con sal, en unos 5 minutos estarán listas, si quieres las puedes rehogar con una ajo y reserva. También puedes usar espinacas congeladas o de bote.
Fríe las rebanadas de pan, en una sartén con aceite de oliva y reserva
Corta la cebolla en pequeños trozos, pica el ajo y sofríelo en una sartén. Añade el bacalao cortado en trozos, también puedes añadir una parte del bacalao desmigado. Dale un toque de calor y añade una cucharadita de pimentón de la vera, mantenlo al fuego 1 minuto y aparta.
Pon los garbanzos en una cazuela con agua (aproximadamente 500 ml) a fuego medio e incorpora los trozos de bacalao.
Incorpora las espinacas y el pan frito que tienes reservado.
El tiempo de cocción dependerá del tipo de garbanzo usado, pero en aproximadamente 30 o 40 minutos, tendrás el plato listo.
Opcionalmente, puedes cocer un par de huevos y añadirlos al guiso.
Listo, un plato riquísimo, que no puede faltar en nuestra mesa en Semana Santa.
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